Durante los últimos años se ha ido haciendo cada vez más conocida la figura de Elon Musk, ya sea por sus logros como empresario, o por su personalidad y carismáticas actuaciones. Elon se está haciendo famoso sobre todo entre los jóvenes, que ven en él la representación del sueño americano, esto es, del éxito empresarial, ya que Musk es el Cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX… y es el director general de SpaceX, de Tesla Motors, así como presidente de SolarCity. En definitiva, todas ellas empresas exitosas de gran renombre, y han hecho que Elon haya pasado a formar parte de la élite económica de Silicon Valley, uno de los colectivos más poderosos a nivel global, ya sea en cuanto a influencia social como económica.
Esto, unido con sus apariciones mediáticas, su actitud informal y cercana, ha hecho que miles de jóvenes vean en él un modelo al cual seguir, que esté más en sintonía con sus modos de vida, aspiraciones e ideas. Podemos encontrar ejemplos de esto en su aparición en un podcast del humorista estadounidense Joe Rogan, donde fumó un porro. Este acto es bastante emblemático, ya que la marihuana representa el uso de drogas no aceptadas socialmente de modo recreativo, y tal y como decía Elon en el podcast, el alcohol también es una droga –esto, sobre todo, va en la línea de Musk de ser lo más controvertido posible–. Otro elemento por el que es conocido es por saber comunicarse en el lenguaje más extendido entre los jóvenes en internet, los memes. Hace uso de ellos a través del elemento de comunicación más notable en estos momentos, Twitter, haciéndole coger fama en esa y en otras redes sociales, como Reddit. Suele interactuar con los usuarios, dando así una sensación de cercanía y, además, suele realizar también encuentros con otros emblemáticos personajes con un gran público detrás, como cuando realizó una “meme review” –ver los memes más virales del mes, o del año o sobre un tema (en este caso fueron memes sobre Elon)–, con Justin Roiland, el creador y productor ejecutivo de la serie de animación Rick & Morty, una de las series más conocidas y valoradas entre gran parte de los jóvenes.
Otro hecho destacado y que atrajo las miradas en él fue cuando su empresa SpaceX, empresa de transporte aeroespacial, lanzó un cohete no tripulado que, en pro del marketing, llevaba un automóvil de otra empresa de Elon, Tesla, con un maniquí al volante luciendo un traje espacial de SpaceX, y el vehículo reproducía la canción “Space Oddity” de David Bowie, mientras que la guantera contenía una copia del famoso libro de Douglas Adams “La Guía del autoestopista galáctico”.
Así, su fama ha ido creciendo cada vez más, gracias al marketing que se realiza con su imagen, convirtiéndose así en el icono del empresario con el que sentirse identificado. Este multimillonario, sin ser notablemente joven – 47 años –, ha sido capaz de lograr lo que cientos de políticos, empresas, y demás entidades llevan años intentando, acercase a los jóvenes y hacer que estos se sientan identificados con ellos. Será objeto de debate determinar si lo consiguen o no, pero, en este momento, Musk es el único que puede estar considerado como figura destacada cercana a parte de la juventud americana y global.
Ahora bien, si esta es su faceta visible, como empresario, es un agente del (neo)liberalismo que, aprovechando la influencia que ejerce sobre un gran espectro de individuos, realiza propaganda defendiendo ciertas posturas económicas, y criticando otras contrarias a él.
En relación con la juventud y Elon, el periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó un reportaje en el que analizaba las razones por las que los jóvenes universitarios eligen Tesla, una de sus empresas, por encima de las otras para buscar trabajo. En él, se afirmaba que “el objetivo que tiene Tesla de acelerar la transición hacia una energía sostenible atrae a muchos de sus 45.000 empleados, algunos de los cuales están dispuestos a trabajar 100 horas a la semana y evitar algunos de los beneficios de la compañía tecnológica, como la comida gratis”. Sobre esto afirmó que para cambiar el mundo se necesitaban trabajar “80 horas semanales de forma sostenida, con picos de más de 100, en ocasiones”. En este sentido, Elon ha defendido jornadas de trabajo de unas 11 horas diarias 7 días a la semana, o de unas 16 horas en caso que de que el trabajador quiera tener dos días libres a la semana. Musk no es el único líder empresarial que anima a dejar de lado la vida personal y trabajar sin descanso, sino que, como no, existen múltiples ejemplos de estos líderes, como pudo ser fue Steve Jobs, conocido por promover largas horas y gran sacrificio por parte de los empleados de Apple.
A todo esto, se puede sumar el fomento de Musk de la ideología inherente al modelo económico capitalista, y sus consecuentes críticas a los modelos contrarios a él. En una conversación en Twitter, un usuario le preguntó a Elon por cómo se definiría él personalmente en términos políticos. Musk respondió que como “un socialista” y, a continuación, alargó en la respuesta para aclarar que Karl “Marx fue un capitalista. Hasta escribió un libro sobre eso…” Antes Musk había criticado “a los que se autoproclaman ‘socialistas'” porque “casi todos son deprimentes, no tienen sentido del humor y fueron a una universidad cara. El destino adora la ironía.” Sobre sus conocimientos con respecto al marxismo o al socialismo, de poco importan, ya que Elon no es un ideólogo político ni busca abrir debate, simplemente pretende reducir las cuestiones ideológicas y económicas, legitimando con ello el modelo “inherente” y natural, el capitalista.
Para terminar de encarnar el arquetipo de empresario amigable, moderno y emprendedor, falta el último elemento del “nuevo” capitalismo global, el capitalismo ecológico. Por eso, una de las principales preocupaciones de Elon es el medio ambiente, de hecho, casi todos sus proyectos están en cierto modo relacionados con el cuidado y la preservación de este. Si bien toda iniciativa que ayude a la conservación de lo natural debería ser favorable, es propio de las propuestas ecológicas provenientes de grandes entidades privadas ser más paliativas que curativas, esto es, en vez de focalizar los mayores problemas, se centran en cuestiones que apenas tienen repercusión real y fomentan la disonancia cognitiva al crear la ilusión de “salvar al mundo”. Si Musk busca paliar o curar el planeta es difícil decirlo y, en el fondo, no importa mucho, ya que lo que realmente importa es la propaganda detrás de sus acciones.
En resumen, la figura de Elon es igual de alabada que odiada, ya sea por aquellos que vean en él la representación de unos ideales que sigan, o se dé a la inversa, y se vea a Elon como la representación de lo peor de un modelo que consideran desfavorable. En definitiva, no todo es blanco o negro y, tanto por un lado como por otro, y hay que afirmar que este personaje realiza actúa de manera tanto positiva como negativa. Pero, lo más importante, como se ha comentado, no es lo que hace o dice Elon Musk, sino lo que representa.