Tras unos meses de crecimiento de nuestra web y redes, desde el equipo gestor del Espacio Contracultura nos hemos visto empujados a redactar y lanzar este editorial. El propósito de este breve escrito es tanto aclarar nuestra visión del proyecto y qué estamos intentando crear, como mostrar cuáles son nuestros planes de futuro. Las preguntas a responder son obvias: ¿qué somos?, ¿por qué nació Contracultura?, ¿dónde y cómo se ubica el proyecto?, ¿cuáles son nuestras intenciones a medio y largo plazo?, etc.
Este espacio nació a mediados de septiembre de 2018, estando en un principio gestionado por tres jóvenes politólogos. En estos dos años de funcionamiento, con el fin de mejorar el contenido y la calidad de lo publicado, se han ido sumando paulatinamente al proyecto otras tres personas, también jóvenes investigadores. Los seis que actualmente conformamos Contracultura nos ubicamos en planos ideológicos distintos (aunque las coordenadas no estén muy alejadas), y tenemos nuestra propia forma de ver y entender el mundo, pero aquello que nos une es la actitud crítica frente a aquello a analizar y reflexionar. Además, somos un equipo distribuido por las diversas áreas geográficas de España, y esto nos da una perspectiva más amplia de cómo abordar los debates sin caer en un ensimismamiento local o regional.
Desde el inicio del recorrido la intención (difícil y ambiciosa) de aquellos que gestamos y ahora coordinamos este proyecto ha sido la de situar el Espacio a medio camino entre el mundo académico y la esfera popular. El múltiple contenido que se crea en la Universidad tiende a autorreproducirse y consumirse en ese mismo cosmos, excediendo en pocas ocasiones los estrechos límites de la Academia. Por su parte, los periódicos, revistas y medios de comunicación de masas no solo priman la cantidad y las visitas a la calidad de lo expuesto, sino que atienden y están sujetos a claros intereses económicos, corporativos y políticos. Nuestro objetivo, por tanto, era y es crear contenido riguroso pero “digerible” y al mismo tiempo actuar como altavoz para aquellos investigadores de menor trayectoria que no tienen la oportunidad (o la libertad) de publicar en otro tipo de plataformas. Como diría Mark Fisher, y siendo humildemente ambiciosos, “intelectual sin ser académico, popular sin ser populista”.
La cuestión que más nos preocupa y que pretendemos dilucidar en este editorial es la idea que queremos transmitir al exterior de las pretensiones y aristas cardinales que conforman el proyecto.
Contracultura nace con el fin de ocupar un espacio masificado por numerosas revistas digitales y espacios de debate que formalmente se presentan como independientes pero están supeditadas a un proyecto político partidista que influencia lo que en ellas se publica. Nosotros rompemos con todo lo anterior, pues tenemos independencia de grupos de opinión o partidos políticos. A pesar de que existan contactos con otros grupos similares no tenemos reparos en tener una línea editorial propia alejada de lo mayoritario. Queremos salir también de la endogamia típica de proyectos similares, somos un proyecto abierto a incorporar colaboradores capaces y comprometidos, vengan de donde vengan. El sectarismo y los favores no tienen cabida en nuestro espacio.
Buscamos ofrecer contenido cualitativamente alto antes que imponer una visión totalmente sesgada que reproduzca el corte ideológico que vertebra el resto de espacios reflexivos. De ahí los filtros y revisiones que pasan los artículos que nos mandan antes de ser publicados. Queremos que nuestra forma de entender el proyecto y el quehacer analítico y político prevalezca frente a aquel contenido que podría ser más asumible (y promocionado) por las instancias que “dominan” la Ciencia Política.
Nuestro proyecto tiene un enfoque crítico desde la heterodoxia política e intelectual comprometido con aquel cambio social que no se ajusta exclusivamente a las instituciones políticas. Entendemos la divulgación como una forma de intervención política transformadora y generadora de un marco propicio para la reflexión que, en ningún caso, rivalice con el rigor de las aportaciones. Y el estudio de la realidad social sin caer en la urgente actualidad, abordándola siempre y cuando nos permita una reflexión de mayor recorrido. Nuestro objetivo es que los artículos y entrevistas puedan crear un sentido común en torno a estos principios, excediendo de esta forma el marco y la subjetividad política hegemónica.
A medio y largo plazo queremos mantener nuestro ritmo semanal de artículos publicados, pero nunca a costa de rebajar nuestras expectativas. Buscamos que este contenido quede proyectado también en las diversas redes sociales, tanto en Twitter, como en Instagram y Facebook. Además, pronto incorporaremos nuevo contenido, como encuestas e imágenes con preguntas, con el fin de poder interactuar más a fondo con nuestros seguidores e ir generando una red que amplifique el sentido motor del espacio.
Afrontamos lo que queda de 2020 muy motivados por lo bien que están siendo recibidos los cambios que estamos realizando. Este es un proyecto apasionante en el cual cada uno de los integrantes de Contracultura vamos a poner toda nuestra imaginación y esfuerzo por seguir proporcionando los mejores análisis.