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CEDADE. Una aproximación al nacionalsocialismo español

Introducción

El tardofranquismo y la transición española a la democracia es un contexto apasionante, donde numerosas fuerzas políticas de todo signo pelearon por obtener mayores cuotas de poder y notoriedad. La historiografía más conocida se ha centrado en los artífices de la democracia y en el búnker franquista, pero pocos han puesto el ojo en el magma de extrema derecha y los nacionalsocialistas que fueron popularizándose en España durante la última década del franquismo y los primeros pasos de la democracia española. Este es el caso del Círculo de Amigos de Europa (CEDADE), el que es, bajo mi punto de vista, el mayor y más preparado movimiento intelectual nacionalsocialista tras la II Guerra Mundial. 

El presente artículo busca mostrar su recorrido histórico e intelectual desde un punto de vista totalmente crítico, pero sin caer en juicios de valor innecesarios. Este trabajo se fundamenta en datos e informaciones procedentes de entrevistas a Pedro Varela–presidente de CEDADE durante años- y del gran trabajo que realizó Xavier Casals investigando el movimiento neonazi español durante la transición.

España, paraíso para exiliados fascistas.

Debido a lo fructífero que fue este movimiento intelectual a nivel de conexiones internacionales, producción teórica y de revistas podríamos pensar que fue creado mediante la confluencia de exiliados alemanes residentes en España que tenían mucho dinero y contactos. Estos alemanes mediante su influencia y dinero hubieran podido organizar un grupo como CEDADE bajo la pasividad de las leyes franquistas. No eran pocos los colaboradores nazis que vinieron a España para evitar ser juzgados, entre ellos estaban Otto Skorzeny o Leon Degrelle, que colaboraron con el grupo posteriormente.

Pero la historia de los inicios de CEDADE no es tan hollywoodiense, según las fuentes más fiables que actualmente tenemos esta organización fue creada en “1965 por un grupo de jóvenes que no quería volverse de espaldas a la decadencia espiritual y material de la cultura europea y deseaba constituir una asociación wagneriana, pero que -dada la minoría desead de sus integrantes- se vio obligado a requerir la colaboración de adultos, desvirtuándose así la orientación ideológica inicial”[1]

La creación de CEDADE fue la confluencia de colectivos heterogéneos, estos iban desde falangistas radicalizándos de Barcelona, parte de la Guardia de Franco y Ángel Ricote, el artífice principal de todo este entramado. 

Debemos descartar lo que Xavier Casals cataloga como el “Mito de Odessa” haciendo referencia a la novela Odessa, de Frederick Forsyth, en la que se narra las actuaciones de una organización nazi clandestina organizada por antiguos miembros de las SS.

La fundación oficiosa de CEDADE fue llevada a cabo el 22 de agosto en el castillo de Pobla de Claramunt, como una organización de estudio, difusión y desarrollo del pensamiento wagneriano, tanto en su faceta musical como filosófica. El 30 de septiembre de 1966 fue presentado legalmente en Barcelona y su ideología aún no estaba del todo cimentada, esta era un magma ideológico que iba desde un falangismo radical hasta el fascismo paneuropeista. Pero poco a poco su ideología se irá clarificando y definiendo.

Liderazgos, miembros y definición.

CEDADE, tal y como he explicado, fue fruto del acuerdo tácito entre varios colectivos y personas, estos fueron:

  1. El Hermano Clemente. Según Pedro Varela fue quien impulsó CEDADE en su inicio, era un cura de La Salle que en “1936 se puso la cruz gamada en la solapa y en 1960 seguía llevándola”[2]. Este cura usaba una luz roja y verde para dejar entrar o parar a los alumnos, y que según lo que afirma Pedro Varela, en cuanto “se encendía la luz verde, aparecía una imagen de Adolf Hitler que veían todos los niños”[3]. Es un personaje poco mencionado en los trabajos externos realizados sobre el grupo, pero que los miembros del círculo mencionan como fundamental en su creación.
  2. Friedrich Kuhfuss. Existe muy poca información sobre este hombre en la red, de hecho si buscamos su nombre aparece algunas breves referencias a él en algunos artículos sobre CEDADE. Casals tuvo acceso a una mayor profundización en su persona debido a sus entrevistas con miembros de CEDADE y lo definió como “un personaje irrelevante tanto en el NSDAP como en el ejército alemán, que vino a España a negociar con wolframio durante la Segunda Guerra Mundial (…) que tras ser detenido y encarcelado durante cinco años en Alemania se estableció en España, donde tuvo numerosa correspondencia con grupos nacionalsocialistas de toda Europa” (Casals, 45). Pedro Varela lo definió como un políglota de 17 idiomas, que gastó el poco dinero que tenía en repartir folletos y que murió en la total indigencia. Aún así, junto con el cura Clemente dieron una serie de charlas y conferencias que fueron fundamentales para la creación de este grupo.
  3. Agustín Vargas y otros falangistas “azules” 
  4. Wagnerianos: Jorge Mota y Joaquín Castells 
  5. Ángel Ricote 

 El grupo aún se hallaba muy poco definido, eso otorgaba una mayor flexibilidad a la hora de captar miembros, pero hacia tedioso el trabajo interno por las rencillas entre corrientes internas. Ricote era partidario de que CEDADE fuese una asociación culturalista, que realizara encuentros y reuniones y produjese teoría política. En cambio, Mota era partidario de que “este grupo fuese una entidad política con una ideología definida -donde convergiese el nacionalsocialismo y wagnerianismo- con un liderazgo firme y dedicación total de sus miembros” (Casals, 51). 

De esta mezcolanza nace su simbología, que mezcla el yugo falangista, el águila nacionalsocialista y la antorcha quedaba el MSI Italiano. Según este movimiento su símbolo representaba «la victoria (yugo) de los valores espirituales (antorcha), que ha de conquistar la juventud, como encarnación de la luz y el orden (águila). Victoria cierta e inexorable, como triunfo de Dios, y la verdad»[4]

Los primeros años de la formación serán convulsos debido a las luchas internas dentro de la formación, que buscaba su definición ideológica. Esto llevó a la sustitución de Ricote (presidente) por Pedro Aparicio. Es en este momento cuando Jorge Mota va ganando terreno en la organización y esta va asemejándose a su cosmovisión, fuertemente romántica, wagneriana, nacionalsocialista y paneuropea. 

¿Qué caracterizaba a CEDADE?

Tristemente yo no he podido acceder a fuentes primarias, es decir, a las revistas que CEDADE hizo circular periódicamente, pero si he tenido acceso a los análisis que Xavier Casals hizo tras sus propias entrevistas con miembros y sus lecturas. De ahí podemos incidir como poco a poco CEDADE fue conformando su propio poso ideológico que se diferenciaba de lo que defendía la extrema derecha española tanto por contenido como por enfoque. Sus principales características eran:

  1. Paneuropeismo fascista. Este grupo defendía una concepción espiritual del paneuropeismo. Y ese denominador común de lo que llamaban como «civilización europea» podía estar presente en Europa, en Sudáfrica u otras comunidades europeas que pudieran estar esparcidas por todo el globo. 
  2. Racismo. Este fue uno de los temas donde CEDADE era profundamente incoherente. Podía defender las revueltas de los negros estadounidenses que «querían liberarse del yugo judío» y a la vez justificar el apartheid o la discriminación en Estados Unidos por la predisposición racial que tenían los negros para delinquir. Posiblemente este discurso derivase de una lectura poco reflexiva de artículos y escritos que venían de EEUU o de países europeos mucho más heterogéneos en materia de razas. De ahí lo desconectado que estaban sus postulados de la realidad española.
  3. Antisemitismo. De este derivó una fuerte negación del holocausto. Este tema fue cobrando cada vez más protagonismo hasta que durante los últimos años de CEDADE era el tema por excelencia a tratar, especializándose en la literatura revisionista. De ahí las colaboraciones con autores como David Irving o que publicasen artículos como “Siempre con los seis millones” o “Más mentiras sobre las cámaras de gas”, negando la muerte de judíos de forma intencionada en los campos de concentración. Su antisemitismo, pese a lo abyecto y exacerbado que era, era mucho más elaborado y coherente. La formación llegó a pedir la esterilización de todos los judíos residentes en España, que por poner en contraste suponían solo 6.000 persona entre toda la población. Este discurso tan extremadamente antijudío fue obra de F. Kuhfuss, cuya formación era nacionalsocialista clásica y creía que todos los males del mundo provenían de una conspiración judía.
  4. Catolicismo exacerbado. Para la formación wagneriana un racista era «por el hecho de serlo, católico, socialista y nacionalista». El argumento teológico era profundamente importante para justificar el racismo, el cual, en palabras de CEDADE era natural y religioso:

“La raza aria es el resultado de un proceso selectivo de milenios. El continuar este proceso selectivo (objeto del racismo) es colaborar con el principio creador del universo, actuar de acuerdo con los designios del Creador. Lo contrario (meta de los antirrascistas) supone detener el proceso de la Creación, haciéndola retroceder siglos atrás.

En la lucha entre el racismo y el antirracismo se manifiesta el eterno conflicto entre más fuerzas creadoras y destructivas del universo. En otras palabras, la pugna entre el bien y el mal”[5]

  1. Wagnerianismo ideológico. CEDADE consideró a Wagner como el precursor del nazismo, un hombre que combatió la influencia de los judíos en la música y denunció su poder propagandístico en los medios. Wagner era un idealista que luchó contra el materialismo, es por ello que algunos de los miembros de CEDADE, como Jorge Mota llegaron a Hitler a través de Wagner. De ahí su particularidad a la hora de interpretar el nacionalsocialismo y llevarlo a su tiempo. De hecho, Winifred Wagner, viuda del hijo de Richard Wagner y ferviente nacionalsocialista, se convirtió en una mentora espiritual para los jóvenes de CEDADE.

Una herejía ideológica.

Ya lo hemos mencionado antes, CEDADE se desmarcó en diversas características de la extrema derecha tradicional española, esto fue fruto de la originalidad de sus fuentes ideológicas y de que estas eran principalmente extranjeras. Idénticamente como harían los populismos nacionalistas décadas después, CEDADE trató de resignificar y disputar ciertos conceptos políticos que eran usados por la izquierda en durante la transición. Aunque su éxito fue menor frente al que obtuvieron estos partidos nacionalistas con conceptos como el de “patria” o “familia”. 

El ecologismo de CEDADE se basaba en el espíritu Völkisch, una defensa de la naturaleza y el medio ambiente como un valor universal e indiscutible. Las juventudes de CEDADE eran curtidas en el amor a los animales y en la vida montañera. Siguiendo esta argumentación, Pedro Varela en una de sus entrevistas afirmó que el libro que más echó en falta tras la confiscación por parte de la policía de sus libros fue un breve manual de CEDADE donde se instruía a los jóvenes en nociones básicas de escultismo. CEDADE condenó las corridas de toros e incluso la caza, posturas frontalmente opuestas a lo defendido por la extrema derecha española tradicionalmente. 

En la cuestión de la mujer, CEDADE sí que se alineó bastante en la defensa típica de la feminidad de la mujer, de la familia tradicional, en contra del aborto y en criticar el acceso “masivo” de la mujer al mercado laboral. De viene uno de sus consignas que confrontaban al feminismo: «Planta cara al feminismo, ¡defiende tu feminidad!»[6]. Su incidencia en este sentido fue escasa, de ahí la escasa militancia femenina que se dio en CEDADE, Ramón Bau afirmaba que «el papel de la mujer en los grupos nazis era casi nulo, mínimo y bajísimo nivel. Y aún soy benigno en los calificativos»[7]

El rechazo frontal u odio a las derechas españolas. Según el grupo, la ultraderecha española era la “peor de Europa”. Para ellos era un movimiento político anticultural, cuya cultura se basaba en “el baile flamenco, los toros, la taberna, las porras, las discusiones politiqueras o pegar a un viejo del PCE”. Es por ello que este grupo trató por todos su medios que no se les relacionase con la extrema derecha, de ahí su “normativa de estilo” rechazando la estética paramilitar con cruces gamadas, su simbología  original y su formal rechazo a la violencia. Organizativamente eran bastante particulares, sus dirigentes no podrían ser mayores de 30 años y el líder jamás podía ser elegido de forma democrática, además este sería el que elegiría su sucesor. Rechazaron colaborar con otras formaciones neofascistas y el concurrir a elecciones. La militancia en el grupo era bastante elitista, los miembros creían ser una minoría bastante selecta frente a las masas, y sus miembros realmente lucían muy distintos a los violentos neonazis que pulularían por España durante esas décadas.

Esto acabó por convertir a CEDADE en lo que se habían negado ser: un grupo cultural que realizaba charlas y sacaba revistas.

El punto más importante, innovador y polémico de esta cuestión que caracterizó a la inusual ideología de CEDADE fue su posición frente a los nacionalismos históricos en España.

CEDADE se hizo eco de un supuesto plan o mapa de las Waffen SS (el cual sigue moviéndose por redes sociales a día de hoy) en el cual se dividía regionalmente la Unión Europea basándose en las etnias que ellos consideraban.

Mapa 1. El supuesto mapa de Europa de las Etnias que las SS habrían esbozado.

La ultraderecha española, alojada en FE de las JONS o Fuerza Nueva (posterior Frente Nacional) de Blas Piñar (con el cual CEDADE tuvo enfrentamientos, llegando a calificar a Blas Piñar como un «sionista»), negaba cualquier tipo de autonomía y asociaba cualquier nacionalismo o regionalismo con un supuesto comunismo oculto. Centraban su discurso en los ataques al separatismo, a la lucha de clases o al marxismo como características de una ideología “anti española”. 

CEDADE, en este ambiente fuertemente centralista, decide romper con este discurso y apostó por unas tesis originales y alternativas. Cataluña, para este movimiento, era un ente integrado en España, pero que había tenido sus instituciones propias medievales. De ahí partió y se hicieron adalides de la diversidad “étnica” española. Su discurso fue derivando poco a poco del centralismo al reconocimiento de las particularidades regionales españolas y finalmente llegaron a defender los nacionalismos históricos existentes en España.

Ya en 1977 decidieron comenzar a realizar propaganda en catalán mientras seguían apostando por el supuesto mapa de las etnias europeas de las SS. Estos nacionalsocialistas se hicieron eco y se proclamaron herederos de la Renaixença. El viraje siguió su camino y llegaron a crear un efímero partido político llamado Partit Nacional-Socialista Català.

CEDADE centraba su discurso en afirmar que el socialismo estaba engañando al electorado en Cataluña, que el nacionalismo era un mero subterfugio para esconder su internacionalismo contrario a las naciones: 

«CEDADE es una necesidad imperiosa para Cataluña, pues cubre aspectos que hasta ahora no se habían tenido en cuenta. El peligro comunista se cierne sobre nosotros y no podemos creer seriamente que la ideología que ha negado la independencia de Croacia, o que ha acabado con la de Estonia, Letonia, Ucrania, etc., respetará la nuestra. No creemos en aquellos que piden Libertad y autonomía en nombre de quienes la niegan a estos territorios»[8]

De hecho CEDADE llegó a editar un libro de Joaquín Bochaca titulado «Catalunya, Espanya i Europa» que no era más que un compendio de agravios históricos que había sufrido Cataluña por culpa de la imposición centralista de Castilla. 

El grupo nacionalsocialista siguió desarrollando ideológicamente este ámbito y llegó a reivindicar la creación de los Países Catalanes: 

«Fuerzas reaccionarios han intentado por todos los medios confrontar a valencianos y catalanes, etc… son los que tienen miedo a ver Unidos a pueblos que por su lengua, etnia y cultura exigen una estrecha relación. LA FEDERACIÓN DE LOS PAÍSES CATALÁN, VALENCIANO Y LAS ISLAS ES UNA OBLIGACIÓN HISTÓRICA PARA EL MISMO PUEBLO (…) Proponemos, la federación de los Países Catalanes (…) COMO EXPRESIÓN DE LA UNIDAD ESPIRITUAL DE UN MISMO PUEBLO.»[9]

Las referencias a la Renaixença eran muy comunes, debido a la romantización a la que habían sometido al concepto. De ahí que afirmasen que Cataluña tenía su propio espíritu Völkisch catalán, por eso romantizaban el mundo rural catalán, mostraban esta sociedad como idílica donde no había conflicto entre grupos sociales. Todo esto entroncaba con su idea particular de que la cultura real catalana era profundamente anti democrática, conservadora, racista y antisemita y con un profundo amor a España. 

Es por ello que reivindicaban a figuras como Joan Maragall, Jacint Verdaguer, Bartomeu Robert, a Enric Prat de la Riba o incluso a Francesc Macià.

¿Qué medidas exigía al respecto CEDADE? Pues en este caso no pasaban de un regionalismo o etnismo poco ortodoxo. Pedían la separación cultural de las etnias de Cataluña, no mezclando lo español con lo catalán «para no diluir ambas culturas».

En Euskadi la estrategia fue similar, en un principio se criticó fuertemente su nacionalismo, afirmando que los «los Vascos ilustres fueron buenos españoles» y que el pueblo Vasco era un oscuro pueblo de montañeses que habría desaparecido si no hubieran entrado en la civilización latina de la unidad española»[10].

Tras la transición una parte de CEDADE viró su discurso y comenzó a catalogar a los Vascos como una etnia europea milenaria que había sido reprimida por el centralismo franquista.

Siguiendo con este etnismo, la formación comenzó a apoyar reivindicaciones que actualmente han defendido los partidos abertzales: 

«Por eso, nosotros, Los nacionalsocialista navarros, queremos la unión de Navarra en Euzkadi, respetando siempre sus derechos y costumbres forales y personalidad»[11]

Estás pruebas reales de boletines y declaraciones de miembros de CEDADE no expresan que el grupo en su conjunto tuviera esta ideología, de hecho, en el ámbito del nacionalismo hubo varias corrientes que no terminaron de saber ponerse de acuerdo. Los sectores del Sur y del centro de España eran más centralistas, y el sector de Cataluña, apadrinado por Bochaca, era partidario de un etnismo regionalista en España dentro de un proyecto mayor que fue catalogado como «Europa de las etnias».

El dinero comienza a llegar. CEDADE se hace internacional.

El grupo comenzó a hacerse conocido, sorpresivamente consiguió apoyos de varias personalidades de importancia que pudieron dotar al grupo de dinero y contactos para que este pudiera despegar. Miembros del gobierno franquista vieron en CEDADE la formación juvenil que podría hacer de grupo embrión para reformar ideológicamente el régimen y relanzar una nueva dictadura militar tras la muerte de Franco. Pero las simpatías también llegaban fuera de España, la maquinaria con la que imprimían los documentos y revistas fue comprada gracias a fondos que un miembro de la Embajada de Arabia Saudí les había proporcionado gracias a las gestiones que Antonio Medrano- jefe de la sección de relaciones exteriores- había realizado.

El odio común al bolchevismo y a los judíos que tenían la mayoría de países árabes y CEDADE hizo que pudieran entenderse. La revista de este grupo en numerosas ocasiones transcribió discursos de políticos árabes y tradujo artículos escritos por autores de la región. En estos escritos era frecuente encontrar referencias a Israel como un nido de infiltrados soviéticos y referencias a la maldad intrínseca que esta raza poseía. Se creó una relación de amistad en la cual CEDADE editó numerosos documentos y libros tratando la problemática judía mientras los saudíes les daban dinero para financiar este tipo de actividades. Esta relación podría haber ido a más si el Rey Faisal no hubiera sido asesinado por su sobrino, hecho que frustró una recepción a miembros de CEDADE en Arabia Saudí para avanzar en sus relaciones.

El grupo nacionalsocialista estuvo también relacionado con varios miembros del fascismo europeo de entreguerras, que dieron tanto apoyo moral como contactos. Estos fueron Leo Negrelli, Otto Skorceny y León Degrelle, miembros de diversa importancia en el fascismo. El primero no tenía más renombre que el causado por su entrevista con Hitler décadas antes, y los dos últimos tenían un renombre mayor tanto por sus hazañas militares como por el halo de importancia que desprendían. El que más apoyo les proporcionó fue Degrelle, que debido a su status en España no pudo ofrecer apoyo directo hasta que las reclamaciones de extradición belgas se relajaron.

Pero la luna de miel de contactos y dinero no duró para siempre, y Franco murió, complicando la situación del grupo nacionalsocialista en España, que ahora debería de competir con partidos nostálgicos del régimen franquista.

El espejismo de su expansión internacional.

En 1980 CEDADE vivía con divergencias internas, un proyecto que ciertamente se agotaba y con unas tácticas políticas muy contradictorias. Aun así, nadie parecía darse cuenta, puesto que el grupo seguía expandiéndose por España –con locales en Alicante, Barcelona, Granada, Jaén, León, Madrid, Santander y Zaragoza- y con numerosos responsables locales repartidos por toda España. CEDADE llegó a afirmar que en 1975 contaba con 2.500 miembros, 3.000 suscriptores a su revista y 1.500 ejemplares que mandaba al extranjero[12]. Estas cifras eran muy superiores a las reales, y su influencia fue además muy cambiante durante sus años de vida. Cada sección territorial sacaba su propia revista, las cuales eran bastante pésimas en calidad y tenían muy poca periodicidad.

La luna de miel se acentuó en el extranjero, ya que pudieron abrir numerosas delegaciones del grupo fuera de España: Uruguay, Francia, Ecuador, Argentina, Bolivia. Estas delegaciones aunque eran hermanas de CEDADE tenían mucha libertad ideológica y autonomía a la hora de publicar su contenido. Realmente es este punto donde podríamos decir que CEDADE triunfó en mayor medida, el grupo era la referencia organizativa el mundo nacionalsocialista, ya no solo a nivel teórico sino en éxito editorial. Sus revistas llegaron a ser comercializadas en quioscos de toda España y eran leídos alrededor del mundo.

Militancia e influencia. Un balance confuso.

CEDADE siempre quiso atraerse al proletariado urbano y rural, de hecho intentó en varias ocasiones crear organizaciones tanto juveniles como sindicales, con un escaso éxito. La mayoría de los miembros de CEDADE fueron universitarios de carreras como derecho, ciencias políticas, periodismo y algunos administrativos. Su influencia fue más cualitativa que cuantitativa, es decir, fue un grupo que formó ideológicamente de forma muy eficaz a las personas que estuvieron dentro. Las cifras de militancia que se manejan son que el círculo llego a tener en su momento de máximo apogeo unos 600 militantes, unos 1.200 suscriptores a la revista y unas ventas de 2.000 revistas[13]. Actualmente, podemos conocer que muchos de los que han pasado por CEDADE no han renegado de sus ideas y posteriormente han ido pasando por grupos similares tratando de proseguir su lucha política. Por ejemplificar, Pedro Varela montó Librería Europa y está orgulloso de su militancia en CEDADE y no ha renegado de su pasado e ideas.

Conclusiones.

CEDADE fue la última innovación teórica que el neonazismo español ha presentado de forma exitosa, tanto por su contenido, sus formas y por cómo fue su historia. El grupo nació de las numerosas ceremonias que se realizaban a excombatientes nacionalsocialistas y murió poco después de la misa fúnebre de León Degrelle, uno de sus máximos apoyos.

Este artículo, del que espero que no se extraiga un apoyo tácito a la formación, no ha buscado narrar la historia del grupo de forma detallada, ya que los últimos años de la formación hasta su disolución no son descritos. He preferido, por comodidad del lector, que el artículo se haya centrado más en definir el ambiente ideológico en el que se vio inserto CEDADE en sus comienzas y que innovaciones ideológicas aportó al nacionalsocialismo, que aunque marginal, estaba en auge durante esos años en algunos sectores de la población española. Antes de finalizar el artículo me gustaría agradecer a los autores que valientemente se han dedicado a estudiar estos movimientos de forma pragmática y empática. Creo que es el enfoque más profesional y que nos puede permitir desgranar de forma más completa lo que realmente querían transmitir estos movimientos.

Referencias.

Si se desea profundizar tanto en la ideología de este grupo como en su historia recomiendo los documentos que han servido como referencias para este artículo, poniendo énfasis en el primero de ellos, ya que es un trabajo extremadamente documentado y extenso.


[1] Casals, 1995, p.39

[2] El Occidental, 2015

[3] Ídem

[4] Casals, 1995, p.51

[5] Racismo y antiracismo, CEDADE, 17, pag 16

[6] Casals, 1995, p.123

[7] Ídem

[8] Casals, 1995, p.142

[9] Casals, 1995, p.143

[10] Casals, 1995, p.146

[11] Casals, 1995, p.147

[12] Casals, 1995, p.130

[13] Ídem

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