Texto de Michael A. McCarthy y Mathieu Hikaru Desan
Traducción de Margo Marsyas
- Introducción[1]
En los años recientes ha tenido lugar un aumento significativo en el interés por el socialismo. Pero, mientras la clase vuelve a la hoja de ruta política e intelectual, también han ido ganando fuerzas renovadas algunas críticas familiares al marxismo. En particular, las actuales defensoras del análisis de clase y la política socialista se han encontrado acusadas del supuesto pecado capital del marxismo: ‘reduccionismo de clase’. Aunque el reduccionismo de clase sugiere claramente alguna forma de priorización de la clase sobre otras formas de diferencia social, ¿qué significa exactamente? Siendo de naturaleza polémica, hay muy poca claridad analítica sobre qué entraña exactamente el cargo, con el resultado de que el debate teórico y político entorno a la significancia de la clase permanece frustrantemente confuso mientras que tanto las críticas como las defensas del llamado ‘reduccionismo de clase’ siguen su curso en un diálogo de sordos.
Nuestro objetivo en este artículo es clarificar lo que se quiere decir con ‘reduccionismo de clase’ de manera que se redefina lo que queda en juego en el debate acerca de la significancia de la clase. Lo intentamos distinguiendo analíticamente dos afirmaciones diferentes, la que nombramos de la primacía estructural de la clase y la de la primacía política de la clase, que se mezclan típicamente bajo el encabezamiento de ‘reduccionismo de clase’. La primacía estructural de la clase es una afirmación respecto al rol único y fundamental de la estructura de clase en la determinación de fenómenos socio-históricos. La primacía política de la clase se refiere a los argumentos en favor de la prioridad de la subjetividad de clase en la movilización política. Mientras que tales argumentos están típicamente basados en un análisis de los aspectos estructurales únicos de la clase, lo que los distingue es que son prescriptivos y se proponen primariamente en el nivel de la práctica y el discurso político.
Al diferenciar entre afirmaciones de la primacía estructural y política de la clase se genera una tipología de cuatro posiciones analíticamente distintas en el debate acerca del ‘abstraccionismo de clase’. Una primera oposición enfrenta un rechazo de la primacía de la clase tanto en el terreno estructural como en el político, una posición a la que llamamos relativismo de clase, contra una afirmación de la primacía de la clase en ambos terrenos, una posición a la que llamamos (por razones que elaboraremos más tarde) abstraccionismo de clase. Aunque el debate acerca del ‘reduccionismo de clase’ gira entorno a este eje de oposición, nosotros no asumimos que haya un vínculo necesario entre las primacías estructural y política de la clase. Nuestra distinción conceptual revela así dos posiciones posibles más: un rechazo de la primacía estructural de la clase combinado con una afirmación de su primacía política, una posición a la que llamamos constructivismo de clase, y una afirmación de la primacía estructural de la clase que sin embargo rechaza su primacía política necesaria, una posición a la que llamamos (otra vez por razones que elaboraremos más tarde) dinamismo de clase.
[ Continuación del texto en: https://contracultura.cc/wp content/uploads/2024/02/Abstraccionismo-de-Clase.pdf ]
[1] McCarthy, M. A., & Desan, M. H. (2023). The Problem of Class Abstractionism. Sociological Theory, 41(1), 3-26.
Agradecimientos a los autores por el entusiasmo con el que han concedido el permiso para publicar esta traducción.