Bicicletas, riders y falsos autónomos. ¿Quién da más?
omienza la jornada, tras un brutal madrugón, un rápido desayuno y correr a toda prisa para cumplir con los quehaceres cotidianos, salimos de nuestro portal con la mala fortuna de estar a punto de ser atropellados por una bicicleta, sin embargo, ésta no está dirigida por un niño/a como se podría prever, sino que quien ha estado a punto de mandarte al hospital, carga una gran mochila cuadrada a su espalda, y se dirige raudo y veloz hacía su destino, ya que alguien le espera con la tripa vacía.